Las relaciones sentimentales, fuente de satisfacción, alegría, gozo, amor, cariño, afecto, comprensión, apoyo, vitalidad, energía…, desafortunadamente en ocasiones, se transforman en origen de un profundo dolor y sufrimiento e incluso en raíz de enfermedades de gravedad considerable. Realmente, nadie nos enseña a amar de verdad ni a establecer relaciones sentimentales sanas y equilibradas. De hecho, es un verdadero proceso de aprendizaje salpicado de desafíos, obstáculos, temores, inseguridades…, que en la inmensa mayoría de los casos, se pueden sortear con la suficiente dosis de amor, comprensión, buena comunicación, empatía, complicidad, confianza… De ahí que, amar de verdad en una relación sentimental, se haya transformado en uno de los retos más interesantes, desafiantes y enriquecedores del desarrollo vital y crecimiento interior del ser humano.
En consecuencia, alguno de estos desafíos/obstáculos serían los mencionados a continuación:
Celos.
Comunicación Inadecuada.
Ausencia de un Proyecto de Vida en Común.
Adaptación a nuevas situaciones vitales (nacimiento de un hijo/a, fallecimiento de un ser querido, cambio o pérdida del empleo…, etc.)
Rutina, Monotonía.
Infidelidades.
Desconfianza.
Problemas Económicos.
Atención Inadecuada a la Relación Sentimental.
Déficit de Habilidades de Solución de Problemas.
Desacuerdos en la Educación de los Hijos.
Sexualidad Insatisfactoria.
No Compartir Tiempo de Calidad.
Reparto Desequilibrado de Responsabilidades.
Problemas de Convivencia.
Falta de Compromiso e Implicación.
Desencanto, Decepciones, Desilusión, Desmotivación, Devaluación.
Principios, Valores e Intereses Distintos.
Enfermedades Sobrevenidas.
Problemas con la Familia Extensa.
El pasado.
Adicciones.
Miedos e Inseguridades.
Indiferencia, Desinterés, Actitud Pasiva.