La familia es el principal apoyo y soporte a lo largo, sobre todo, de las etapas de la infancia, adolescencia y juventud, siéndolo también posteriormente. La familia ocupa un lugar muy importante en el desarrollo personal, social y emocional de la persona, a la vez que es una gran transmisora de principios, valores y guía comportamental.
Tanto las madres como los padres han de enfrentar muchos obstáculos a la hora de educar a sus hijos e hijas, sintiéndose, en muchas ocasiones, yendo contracorriente de lo que los medios de comunicación de masas (televisión, internet, ideologías interesadas de cualquier tipo…) y las modas, pretenden imponer como la forma adecuada de pensar, sentir y comportarse para sus hijos e hijas.
Un adecuado asesoramiento, apoyo e intervención, permitirá ir solventando los distintos obstáculos que los diferentes miembros de la familia puedan enfrentar en cualquier aspecto de la vida familiar.
Dentro del contexto familiar se aprenden hábitos importantísimos de todo tipo, alimentación, comportamiento, autoimagen y autoestima, estilos de comunicación, cogniciones sobre uno mismo, el mundo y los demás, expresión y comunicación de emociones, gestión de conflictos… por todas estas razones, entre muchas otras, si la familia mantiene un buen estado de salud psíquica y equilibrio emocional, influirá muy positivamente en sus miembros y en su bienestar.